Un estudio realizado por el University College de Londres descubrió que el ambiente del hogar era la principal causa del hambre emocional.
Este estudio demuestra que la tendencia a querer comer más en respuesta a emociones negativas, es un factor de riesgo para el desarrollo de la obesidad.
Además, la sobrealimentación emocional, puede ser un factor muy importante en el desarrollo de algunos trastornos alimenticios, como la anorexia nerviosa o los atracones.
¿En qué consistió esta investigación sobre el hambre emocional?
El estudio, publicado en la revista Pediatric Obesity, analizó a 398 gemelos británicos de cuatro años.
La mitad de los gemelos provenían de familias con padres obesos, lo que los ponía en mayor riesgo de acumular sobrepeso, mientras que la otra mitad provenían de otras un peso saludable.
Los padres respondieron cuestionarios sobre los rasgos alimenticios de sus hijos y la tendencia a comer de forma emocional. Por ejemplo, la velocidad con la que comían, querer comer solo por placer, si el niñ@ quería comer más cuando estaba irritable, menos cuando estaba triste, etc.
Este estudio determinó que los niñ@s comen más (o mucho menos) cuando se sienten estresados o molestos. Y lo que es pero, que este es un comportamiento aprendido y no heredado.
También se concluyó que rasgo está comenzando a desarrollarse cada vez en niños más pequeños, incluso en edad preescolar.
Además, los investigadores afirmaron que comer de forma emocional es un “rasgo duradero”, con lo que podría continuar a lo largo de su vida.
En resumen, la ausencia de una alimentación nutritiva y equilibrada, aunque no se herede a través de un gen, se transmite de generación en generación.
Por eso mismo es tan importante utilizar estrategias positivas que ayuden a educar a tus hij@s en un estilo de vida saludable y consciente. Y evitar usar alimentos para calmarles o utilizar los alimentos como premio o castigo.
Si te preocupa la alimentación de tus hijos no dudes en compartirme tus dudas, inquietudes o en que te gustaría que te ayudase. Estaré encantada de hacerlo.
Considero que con los niños en casa y la educación en línea, hay más tiempo de estar en la nevera buscando que comer y por lo tanto ingiriendo más calorías, puesto que en sus recesos del colegio comían más ligero y también invertían parte de ese tiempo para jugar con sus compañeritos.
Cierto, en la situación actual, también tenemos que incluir más factores: Sumado al mayor sedentarismo y que tengan al alcance más comida, también sienten más ansiedad y estrés por el proceso de adaptación a la nueva situación, lo que les lleva a buscar más comida y refugiarse en ella.
QUE GENIAL ES APRENDER MUCHO SOBRE LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE Y DEPORTE..